Los datos publicados por ONUSIDA son bastante acertados dado que en realidad las mujeres somos quienes nos preocupamos por nuestra salud y la de los nuestros; sin embargo somos las más afectadas.
En este sentido los programas que promueven la sensibilización y difusión de riesgo entre el sector mayormente vulnerable (hombres), son necesarios porque nos ayudan a romper cadenas de continuidad.
Haciendo un paréntesis entre nuestra juventud actual, es necesario crear nuevas estrategias de sensibilización en jóvenes hombres y mujeres sobre el sexo responsable y cuidado de nuestro cuerpo.
Las investigaciones sobre el progreso de la infección por VIH y su relación al uso y disponibilidad nos ayuda a desarrollar mejores intervenciones, pero aún queda mucho que hacer.